27 abril 2010

INOCENCIA

Composición realizada por El Baturro

Os decía la semana pasada que tenía que contaros una pequeña, pero graciosa anécdota, que me contó una "Monjita" conocida mía. A mí me encantan los niños por su inocencia y falta de malicia al hablar con una persona mayor (mayor para ellos); dicen lo que piensan con toda su manera peculiar de expresarse.
Ahí va:
Estaban en casa solitos la madre (hermana de la monja) y el único hijo; el papá fué, como todos los días, a trabajar al despacho de abogado. En un momento determinado, el niño se fija en la barriga tan hermosa que tiene la mamá y, sin pensarlo más le dice:
"¿Por qué tienes la barriguita tan hinchada, mamá?"
La madre, muy solícita con el niño, le contesta:
"Tengo dentro a tu hermanito que nacerá pronto"
"¿Quién te lo ha traído?"
"Papá, que es muy bueno y quiere que juegues con otro niño, será tu hermano menor y le tienes que querer mucho"
El niño no hizo ningún comentario y así pasó un rato hasta que llamaron a la puerta, y el niño corrió a abrirla; sabía que era papá porque todos los días venía a la misma hora. En cuanto lo vió aparecer en el descansillo y antes de entrar en casa le 'gritó' a su padre un poco enfadado diciéndole:
"Papá, papá..., no le traigas más niños a mamá, que se los come"

Nos leemos otro día. .........................¡¡¡Hasta pronto!!!

P.D.- Quemad viejos leños; bebed viejos vinos; leed viejos libros; tened viejos amigos.

20 abril 2010

MÁS TRABAJO

Fotografía de El Baturro


Hoy iba a publicar, después de largo tiempo, una página contándoos una anécdota graciosa que me relató una religiosa de las FF.MM.M. en Pamplona, pero como soy un poco observador cuando paseo por la ciudad, os daré mi opinión sobre un hecho que me llama la atención.


Cuando paseaba por las tiendas, de carácter familiar en su mayoría, y dedicadas a pequeño comercio como puede ser material eléctrico, bisutería, droguería, etc... veía que el titular estaba siempre, o charlando con algún cliente circunstancial o conocido 'de toda la vida', o bien, vendiendo entusiasmado sus productos. ¡¡¡Ahhh!!! Pero hizo su aparición el ordenador personal (en lo sucesivo PC) y... ¡se acabó la tranquilidad! Observad vosotros, sobre todo los ya felizmante jubilados, y fijaros cómo, en aquel comercio de mi amigo Fulano o en otro cualquiera de un desconocido, siempre, siempre... el dueño, su hijo o un empleado está materialmente volcado y absorto ante la pantalla de su PC. Es imposible entrar un ratico y comentar alguna cosita sobre la actualidad de la ciudad; del partido jugado el domingo, etc... el cien por cien de las veces te dirá que está muy ocupado y que dispenses por no hacerte caso. ¡Qué 'perra vida'! ¡Qué esclavitud!


Yo me pregunto, después de ver eso: ¿qué hemos ganado con los PC,s? Antes bastaba con un cuarderno de espiral y papel cuadriculado para llevar las ventas; las compras a proveedores; lo que nos debe algún cliente rezagado de los que liquidan una vez al final de cada mes; lo que tenemos que pedir cuando pase el 'representante' de tal o cual producto; lo recogido diariamente de la caja, y poco más. Total que esto se hacía después de cerrar el comercio y antes de echar la persiana y encaminarse a casa, eso sí, pasando primero por la tasca cercana y charlar un cuarto de hora mientras saboreábamos un vasito de tinto o clarete (ahora rosado).


Nos leemos otro día........................¡¡¡Hasta pronto!!!

PD.- Fortuna y aceituna, a veces mucha, a veces ninguna.