ANÉCDOTA MILITAR

Hoy voy a contar una anécdota ocurrida, hacia el año 1918 o 1919, en las Islas Canarias, cuando las tropas españolas se preparaban para entrar en combate en fecha no muy lejana.

Me la contaba un jefe que tuve yo durante la ‘mili’ y que. a su vez se la había narrado a él otro ‘compañero de armas’.

Se movilizaron unos Batallones de Infantería y los cuadros de Mando se cubrieron en su mayoría por Jefes y Oficiales de la Península.

Fue destinado a mandar uno de esos Batallones un Teniente Coronel que gozaba de gran prestigio en el Arma.

Para facilitarle el Mando y organización de su Unidad le dieron: Un pequeño equipo de vestuario; un fusil con 150 cartuchos por plaza y una bolsa de curación por barba.

El Capitán General le recalcó “que esperaba del celo, inteligencia, dotes personales y amor al oficio”, que convirtiera aquella mesnada en un Batallón modelo.

Entre aquellos soldados había de todo: señoritos bien, comerciantes e iletrados y hasta quien no había usado camisa ni calcetines en su vida.

Una tarde el TCOL decidió cumplir con el artículo de las Ordenanzas… “llevará el pelo cortado…” y preguntó cuántos barberos había en el Batallón. Sólo se presentó uno, pero como había revista anunciada por el CAPGEN para el día siguiente, viendo que al barbero no le daba tiempo para ‘arreglar’ tanta melena, se le ocurrió comprar unas 100 tijeras y dio la siguiente orden:

“Mañana, sin excusa ni pretexto, todo el mundo tendrá el pelo cortado al rape. El soldado de la primera fila, que pele al de la segunda, y éste a aquél. ¡No quiero más pelo!”

Al día siguiente, efectivamente se cumplió la orden, pero el Batallón de Movilizados era un Batallón de… ¡trasquilados!.

La orden se había cumplido a punta de tijera.

Nos leemos otro día................Adiós.

P.D. He decidido hacer lo que me gusta, porque es bueno para la salud. Yo