Mi amigo Félix (97 años), con el cual tomo todos los días, excepto domingos, el cafelito, me hace pasar un buen rato contándome 'batallitas de las de verdad' que recuerda de la guerra civil española y en la que participó como requeté. De vez en cuando surge alguna anécdota graciosa y esa es la que os quiero narrar hoy.
¡Adelante!
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Año 1.936.- Nada más empezar la campaña y después de varios combates menores, enseguida surgió la necesidad de dotar a la Gran Unidad de Requetés (5ª División) de una banda que enardeciera a las tropas con sus marchas e himnos militares. Así pues, en la unidad preguntaron cuántos músicos había voluntarios que desearan pertenecer a la 'música' (en términos militares así se denomina la banda militar). Se presentaron voluntarios los suficientes para formarla y en muy poco tiempo ya estaba constituída y haciendo sonar sus instrumentos "estridentes". Digo estridentes porque en aquellos años pocos muchachos de pueblo sabían tocar con virtuosismo un instrumento musical y, como cualquier novicio, les gustaba soplar fuerte. Entre los músicos que la formaban le llamaban la banda de Mola.Dirigía la banda el Tte. músico SILVANO CERVANTES, una buenísima persona y muy guasón, que sabía 'llevar' con soltura al personal.
Empieza el ensayo de la banda y durante la interpretación, inseperadamente, suena un bombazo, pero no un bombazo de una granada sino un bombazo del ¡¡¡BOMBO!!!.
Nada más sonar la explosión musical, nuestro director se acercó al bombista y, poniéndose de rodillas con las manos colocadas como los monaguillos (véase el dibujo) le dijo con voz lastimera y suplicante:
Empieza el ensayo de la banda y durante la interpretación, inseperadamente, suena un bombazo, pero no un bombazo de una granada sino un bombazo del ¡¡¡BOMBO!!!.
¿Quién era el osado que se permitía esos virtuosismos?
Pues, sencillamente, nuestro protagonista... ¡MARÍN!. Incorporado a la banda procedente de la banda municipal de Pamplona, "La Pamplonesa".Nada más sonar la explosión musical, nuestro director se acercó al bombista y, poniéndose de rodillas con las manos colocadas como los monaguillos (véase el dibujo) le dijo con voz lastimera y suplicante:
-Marín, !que he hecho yo para que me hagas estas judiadas...! ¡qué mal te he hecho...! Marín
La carcajada entre los componentes de la banda fué general (Nada mejor tratándose de militares), viendo al teniente suplicando al 'bombista' que atendiera a sus entradas y no le diera esos "disgustos".
Nos leemos otro día.....................................¡Hasta pronto!
P.D.- Un clásico es un autor al que se le cita en vez de leerlo. (Chesterton)