29 enero 2009

ANÉCDOTA BANDA REQUETÉS

Dibujo realizado por El Baturro 2. Color El Baturro 1

Mi amigo Félix (97 años), con el cual tomo todos los días, excepto domingos, el cafelito, me hace pasar un buen rato contándome 'batallitas de las de verdad' que recuerda de la guerra civil española y en la que participó como requeté. De vez en cuando surge alguna anécdota graciosa y esa es la que os quiero narrar hoy.
¡Adelante!

Año 1.936.- Nada más empezar la campaña y después de varios combates menores, enseguida surgió la necesidad de dotar a la Gran Unidad de Requetés (5ª División) de una banda que enardeciera a las tropas con sus marchas e himnos militares. Así pues, en la unidad preguntaron cuántos músicos había voluntarios que desearan pertenecer a la 'música' (en términos militares así se denomina la banda militar). Se presentaron voluntarios los suficientes para formarla y en muy poco tiempo ya estaba constituída y haciendo sonar sus instrumentos "estridentes". Digo estridentes porque en aquellos años pocos muchachos de pueblo sabían tocar con virtuosismo un instrumento musical y, como cualquier novicio, les gustaba soplar fuerte. Entre los músicos que la formaban le llamaban la banda de Mola.Dirigía la banda el Tte. músico SILVANO CERVANTES, una buenísima persona y muy guasón, que sabía 'llevar' con soltura al personal.
Empieza el ensayo de la banda y durante la interpretación, inseperadamente, suena un bombazo, pero no un bombazo de una granada sino un bombazo del ¡¡¡BOMBO!!!.
¿Quién era el osado que se permitía esos virtuosismos?
Pues, sencillamente, nuestro protagonista... ¡MARÍN!. Incorporado a la banda procedente de la banda municipal de Pamplona, "La Pamplonesa".

Nada más sonar la explosión musical, nuestro director se acercó al bombista y, poniéndose de rodillas con las manos colocadas como los monaguillos (véase el dibujo) le dijo con voz lastimera y suplicante:

-Marín, !que he hecho yo para que me hagas estas judiadas...! ¡qué mal te he hecho...! Marín

La carcajada entre los componentes de la banda fué general (Nada mejor tratándose de militares), viendo al teniente suplicando al 'bombista' que atendiera a sus entradas y no le diera esos "disgustos".

Nos leemos otro día.....................................¡Hasta pronto!

P.D.- Un clásico es un autor al que se le cita en vez de leerlo. (Chesterton)
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21 enero 2009

CHISTE OPORTUNO



Banda La Pamplonesa. Fotografía del autor.

El pasado día 18 asistí a un concierto extraordinario de la Banda "La Pamplonesa" de Pamplona dedicado exclusivamente al compositor de Algemesí (Valencia), BERNARDO ADAM FERRERO (1942- ), un verdadero especialista en composición para bandas.
Después de interpretar la banda la primera parte del repertorio previsto, subió el compositor al escenario para saludar y corresponder a los aplausos de los concurrentes. Se le hizo entrega, por medio del director titular J. VICENT EGEA (magnífico director) de un recuerdo para que se lo llevara a su tierra; el maestro Adam tomó la palabra y después de dar las gracias por el detalle recibido, comentó: "Una composición, para que guste y cuaje, no depende sólo de que técnicamente esté bien escrita, sino cómo ha sido interpretada; en mi caso, la interpretación de La Pamplonesa ha sido perfecta". Después de hacer un panegírico sobre la Banda, de cuánto le había gustado; de lo profesional que sonaba; elogios a su amigo Egea, etc... pasó a contar este chiste, que no por conocido, deja de hacer gracia con el fin de justificar la importancia de la interpretación.

Iba uno por la calle caminando un poco deprisa cuando, de pronto, se encontró con un amigo.
-"¿A donde vas tan rápido?"
- Voy a una reunión de amigos que nos reunimos para contarnos chistes, ¿quieres acompañarme?
- Bien, vamos allá.
Cuando llegaron al local preparado a tal efecto y después de saludarse entre ellos, comenzó la sesión.
-El ¡22! dijo uno.
A continuación todos empezaron a reir a carcajadas ruidosas.
-El ¡15!, dijo otro.
Sucedió lo mismo, todos comenzaron a reir alegremente.
El amigo le dijo que no entendía nada de aquello y entonces nuestro simpático señor le explicó que, como todos se conocían ya los chistes sólo hacía decir el número y le rogó que dijera un número. El amigo, tímidamente y con voz trémula al no conocer a nadie de la reunión, se atrevió a decir:
-El sie...te...
Ante su asombro nadie reía, nadie, nadie. Extrañado le preguntó a su amigo el porqué de tanto silencio y caras largas, a lo que contestó en un tono de 'profesor entendido'...:
-Es que no es sólo contar el chiste, sino "cómo contarlo".

¡¡¡ Naturalmente !!!

Nos leemos otro día.......................¡Adiós!