Siempre he sentido una especial satisfacción por haber tenido unos padres que habían nacido en un pequeño pueblo de Navarra, Andosilla, para más detalles. Diréis que por qué. Sencillamente porque vivíamos y estudiábamos en Zaragoza y al acabar el curso académico, siendo muchos hermanos, no se podía en la familia planear un veraneo en la playa o en la montaña o visitar algún lugar del extranjero, así que el remedio era que nuestros padres nos mandaran una temporadita con los “tíos del pueblo”.
Pues bien, eso nos permitía adquirir una cultura complementaria de nuestros estudios en el Colegio, llegando a conocer lo que era la vida rural y llegar a entender el sacrificio de la gente del campo entre los que se encontraban nuestros amigos temporales del verano, lo que llamábamos “cuadrilla”. De ese contacto adquiríamos el ‘saber’ en cuanto a los productos del campo y su recogida, almacenamiento y posterior venta, y degustación, así como de los animales domésticos que mis tíos tenían antes y después de la llegada de los tractores, cosechadoras, empaquetadoras, etc. Solíamos pasar una temporadita –unos quince días- en una casa de campo solitaria, situada en el término que se llama “La Sierra”, rodeada de un hermoso pinar y una pequeña finca con almendros. Las distracciones consistían en salir a vigilar el ganado lanar; coger saltamontes para unas crías que teníamos de perdiz con su madre; montar a caballo recorriendo la extensa zona de barbecho de cereal y galopando por la pradera situada al fondo de un barranco; en fin, que a pesar de no tener ni radio ni tele lo pasábamos “superdivertido” y curtiéndonos al aire libre.
Me viene esto a cuenta de la anécdota que quería contarles de mis sobrinas que habían nacido y vivido en Madrid. Es esta:
“Saliendo un día con sus padres en el Seiscientos a dar una vuelta por los alrededores de la Capital, pasaron por un lugar en el que se veían pastar unas hermosas vacas y el comentario que hicieron mis sobrinas fue éste:
"PAPA, MAMA, MIRA UNAS VACAS COMO LAS DE LA TELE”
Es curioso, verdad?
Nos leemos otro día.........................¡¡¡¡Hasta pronto!
P.D.- Aunque seas sabio y viejo, no desdeñes el consejo.
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