En la comunidad de vecinos, donde reside "El Baturro", tenemos un carrillo como los de los supermercados para transportar la compra semanal desde el vehículo, perfectamente aparcado, hasta el ascensor y desde allí a la planta donde está la vivienda. Pues bien, como tanto en el ascensor como en la puerta de acceso al garaje hay puertas blindadas contra el fuego que se autocierran, lo normal y conveniente es utilizar unas cuñas para sujetarlas y evitar que se cierren durante las 'maniobras' del transporte de mercancías. Dado que estas cuñas no tenían un sitio apropiado para depositarlas después de su uso, se dejaban en el limpio suelo del hall del ascensor con lo cual, en numerosas ocasiones no se encontraban y había que recurrir a procedimientos difíciles de narrar para evitar el cierre prematuro y molesto de las cancelas siendo complicado meter en el ascensor el citado carrillo.
"El Baturro", siempre dispuesto a facilitar la labor a los convecinos, ideó la percha adecuada para colgar las cuñas después de su uso y evitar la 'no localización' de las mismas. Puedo aseguraros que desde que se colocó este artilugio tan práctico, no han faltado nunca a la hora de echar mano de ellas y de ello hace ya unos cuantos años.
El uso de las cuñas permite que una persona sola pueda acceder con el carrito al hall del garaje y de allí meterlo en el ascensor. ¡Buena solución! ¿No?
El uso de las cuñas permite que una persona sola pueda acceder con el carrito al hall del garaje y de allí meterlo en el ascensor. ¡Buena solución! ¿No?
Se ve que el personal se fija en los rótulos que se ponen junto a cualquier aparatito y, si además es original, tanto mejor para 'obedecer' a lo indicado.
"El Baturro" puso: "DEVUÉLVEME AQUÍ"
P.D.- Un vaso de vino añejo, da alegría, fuerza y buen consejo.
1 comentario:
Muy original el invento y muy práctico. Si los convecinos se conciencian soluciona un problema que suele dar mucha guerra. Deseo que dure años. SUSO.
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