Fotografía del autor tomada con disimulo
El Baturro está preocupado. Al tomar el autobús urbano para ir al laboratorio y hacerse una analítica rutinaria (cada 4 meses), ha observado que, nada más acceder al vehículo público, una dama de edad 'madura' (< 45 años) se ha levantado para ofrecerle el asiento. El Baturro, por supuesto, sintiéndose joven, no lo aceptó y le dio las gracias por tan gentil gesto.
¿Qué le pasa pues al Baturro? ¿Cuál es su presentimiento?
La cosa tiene fácil solución: El Baturro, al observar que no era la primera vez que le ocurría este ofrecimiento, le da vueltas a la 'pelota' y prevé que se está haciendo mayorcito, pero no sólo eso, es que además, por lo visto, 'se le nota'.
Con tan fausto motivo, cada vez que utiliza el ascensor se mira al espejo con preocupación. ¡Tonto pensamiento! Dada la edad del autor de esta página (79,5 añitos) no debe obsesionarse con tan lento envejecimiento.
¿¿¿¿¿¿No es verdad???????
Buenos días y................¡hasta otro ratico!
P.S.- Los baturros, ...con un "vale pues,"
ya estamos de acuerdo.
4 comentarios:
Fernando Añorbe El Baturro, tan cabezón como siempre, no hacía sino darle vueltas a la 'pelota'. Se quitó "el cachirulo", alias pañuelo de la cabeza, y pensó: ¿será al motivo de la cesión del asiento en el bus la carita de anciano que se ma ha puesto? ¡No puede ser!!! Me siento joven, muy joven por dentro del cuerpo y creo que no aparento tanta edad. Pues entonces, ¿qué será? AAAHHHHHHHHH!!!!!! Ya caigo... el motivo o la razón de la actitud de los pasajeros es: que al subir al autobus, tan pronto como he 'fichado' me voy hacia la parte trasera y... ¡claro! el pie tan suave del conductor, unido muchas veces a que tiene prisa por cumplir el horario, acelera un poco y... el pobre Baturro da unos traspiés de aquí te espero dando la sensación de gran inestabilidad y haciendo pensar a los inocentes pasajeros que me voy a ir al suelo. ¡Hay que cuidar al ancianito y por tanto es mejor que se siente enseguida. ¡Qué tranquilo me he quedado después de descubrir la razón del peso o el peso de la razón. Conclusión: he decidido seguir mirándome al espejo del ascensor y no darle ninguna importancia a alguna arruguita que asoma por la parte delantera del cuello, ¡son las sombras de la luz!
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Pues ya sabes, a disfrutar de la edad que estás hecho un chaval.
Da gusto comprobar que sige habiendo gente educada que le brinda su asiento a una persona de más edad.(con perdón).
... sigue ... (con más perdón)
Ya sabes que en la vida (Y en el autbús) no hay que dar "traspiéses" que luego pasa lo que pasa.......En cuanto a lo que ves en el ascensor, son sombras SEGURO. Y anímate, que aunque no somos muchos, los hay que llegamos a los 106 así que aún te queda, majico.......
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