22 marzo 2015

PELÍCULA



Un baturro en el escenario enseña un vaso de cristal con vino y
 dice con acento baturro:

“Es un vaso de cristal.”

Se mete dentro y sale con un vaso de plástico con vino y entonces dice:

“Este vaso es de plástico.”

Pregunta: De que película está hablando?



17 marzo 2015

TIERNA ESCENA




La vida diaria tiene momentos felices, agradables, jocosos, dolorosos y desagradables. Por cierto, un caso de la última palabra citada antes -desagradable- fue cuando una tarde, ya al atardecer, bajaba la basura para depositarla en el contenedor y me crucé con una pareja de jóvenes de no más de 19 o 20 años que iban 'cogiditos de la mano', yo creo que serían eso que ahora, muy finamente, le llaman gays -antes había una palabra un poco malsonante pero eficaz, termina en ...ones-. Me dió una pena que todavía me dura la impresión.
Vamos al meollo de la cuestión que me trae aquí. Estábamos en la celebración de la Santa Misa en la iglesia de un convento de los Paúles, todo transcurría normalmente hasta que llegó la hora de la homilía post-evangelio y el celebrante comenzó su disertación. Pocos segundos después de empezar apareció un mocete de no más de 3 'calendarios' y, carente totalmente de respetos humanos o vergüenza, se subió con toda celeridad hasta el presbiterio, una vez allí, se colocó junto al ambón y se estuvo quietico hasta terminar el 'sermón'. La madre intentó cogerlo antes de llegar a las escaleras de acceso pero el sacerdote le hizo una seña de que lo dejara subir y así fue.
Cuando dió fin la homilía el Padre le dió un toquecito en la espalda y el niño abandonó tan rápidamente como subió el presbiterio abrazándose a su mamita.
Hubo un momento festivo y el público asistente estallamos en una sonrisa cuasi carcajada. ¿Por qué no hacerlo ante un hecho tan aleccionador como subir para estar más cerca de 'la palabra'.
No terminó la cosa así. El presidente de la celebración, un poco impresionado por lo acaecido, en lugar de iniciar el Credo, comenzó a rezar el acto de contricción -Yo pecador...- Cuando se dió cuenta manifestó que se había despistado y rezó un Credo cortito.
Salimos de la iglesia comentando lo ocurrido y alegres por haber presenciado ese detalle del mocete tan devoto.
Buenos días a todos los mirones y lectores del blog.

02 marzo 2015

ANÉCDOTA OLITENSE

Composición del autor
Al salir de misa y caminar hacia nuestro refugio de la lluvia y 'abrevadero' del aperitivo, mi amigo Félix -olitense sampedrero- me contó esta pequeña anécdota que me hizo gracia.
"Vivía un matrimonio ya ancianito (¿80?, ¿90?, no sé ahora los ancianos ya no somos como antes que em cuanto pasaban de los 60 se libraba el hijo mayor de la mili, por tener un padre sesentón). Eran felices con su casita y sus dos cerditos que cuidaban todos los años en la cochiquera del corral. Un día, triste día, el marido se puso malucho y se puso triste, así que llamaron al galeno de Olite y este se presentó en su domicilio rápidamente. La esposa le explicó al médico la pérdida de ánimo de su cónyuge y, el doctor auscultó enseguida al hombre, le hizo sacar la lengua, respirar profundo y, después de este rutinario chequeo sentenció:
-Lo que le pasa a su 'hombre' es que está anémico.
-¿Anémico? pero si come bien, mire los 'perniles' y 'chorizos' que cuelgan del techo. ¿Le parece poco alimento?
El doctor tomó la palabra nuevamente y habló parsimoniosamente: -Esos perniles y chorizos no tienen que estar ahí, tienen que estar aquíiiiii! y se golpeaba con la palma de la mano el flamante estómago del que presumía".
¿Tenía razón? Yo creo que sí.
Aclaración: Los habitantes del pueblo conocían al marido por sus dichos graciosos, en cierta ocasión cantaba:
"Me gusta el vino de la bota,
y también el del porrón,
pero lo prefiero en botella
cuando hace cloc cloc cloc... 
 Buenos días.