04 octubre 2016

NEGACIÓN DE APTITUDES



El Baturro, muy habilidoso para muchas manualidades, tocar instrumentos musicales, manejo de programas con el PC, dibujo, cantar en el coro, reparaciones caseras, etc... se ve muy mermado de facultades para otras artes, como por ejemplo, el Teatro.
Desde pequeñito, en el Colegio del Salvador, donde se instruyó durante más de 10 años, siempre existió y supongo que seguirá existiendo, un cuadro de teatro. A esa actividad se apuntaban aquéllos de Cursos Superiores (de 4º a 7º de Bachiler) que sentían afición por esta parte de la Cultura.
Un buen día, allá por el año 1948, fué requerido junto con su hermano gemelo para actuar en una obra de teatro, una tragi-comedia, "La señorita de Trévelez", de Carlos Arniches (1866-1943). No recuerdo muy bien si nuestro papel era el de miembros del Guasa-Club o éramos los padrinos Peña y Lacasa; creo que fué lo segundo, padrinos.
Pues bien, realizamos numerosos ensayos fuera de las horas lectivas y todo iba bien, nos encontrábamos a gusto con nuestro rol. Llegó el esperado día de la representación. Los dos gemelicos íbamos vestidos pulcramente con traje negro y, no olvidarlo, con sombrero bombín de aquella época.
Empezó la representación y todo iba sobre ruedas; los compañeros eran verdadeeros artistas, pero la hora en que los padrinos tenían que soltar su pequeñísimo discurso y... ¿qué ocurrió?. A pesar de llevar una chuletita con el texto en el interior del sombrero, lo que salió de nuestros labios fueron unas palabras irreconocibles y a media voz, que fué un asco. A partir de aquélla experiencia, nunca más se me ocurrió apuntarme para alguna representación teatral convencido de mi inutilidad.
Ahora la vida produce situaciones en las que uno tiene que hacer una representación teatral, cuando le visita una persona poco grata para Vd. no le queda más remedio que sonreir, contestar con soltura y firmeza a las preguntas que le haga, gesticular con elegancia para no capitular ante el "enemigo", despedirlo con educación y... después de la sesión-representación, tomarse un vinito fresquito para olvidar ese trance.
Creo que ahora posiblemente podría participar en un rol teatral.
¿Y usted? 

2 comentarios:

Alvarator dijo...

jajajajaja, ahora entiendo la frase que me dijiste el lunes por la mañana: "voy a tomarme un vinico".
¿no habra vídeos, película o al menos fotos de esa actuación?
¿quizás una reseña periodistia?

Un Saludo Teatral,

El baturro dijo...

Buscaré información visual de esos eventos narrados.