Fotografía del autor. Uso privado.
Desvelado en la noche del 18 al 19 de abril de 2017, se me ocurrió pensar la gran similitud que hay entre los juegos de la Pelota Vasca y de la Bolsa.
Veamos: Ambos se juegan con pelota. Uno con pelota de cuero y el otro con una de euros.
En el juego de la Bolsa, las apuestas se hacen mediante órdenes de compra/venta.
En la pelota mediante una indicación al 'corredor'. Es difícil saber y tener claro averiguar a favor o en contra de quién juegas. Cantan 40/60, 70/30, etc... Total que para cuando lo entiendes y deseas apostar/arriesgar algún euro, ya van por 12-21.. y entonces lo tienes que dejar para otra ocasión. Complicado.
En el difícil juego de la Bolsa, cuando ves que el valor de una acción está muy alto, decides 'vender ' y ¿qué pasa entonces?; que siempre llegas tarde.
Me explico: Das la orden por la noche a través de Internet, al día siguiente, el funcionario que debe tramitarla entra en la oficina, se desprende de las prendas molestas, comenta con sus compañeros lo mal o bien que ha dormido esa noche y para cuando se sienta frente al ordenador para dar curso a nuestras peticiones... la sesión ya lleva tiempo funcionando y claro, la probabilidad mayoritaria es que un valor tan codiciado como el tuyo, haya bajado y entonces, ¿qué pasa?. El beneficio esperado se transforma automáticamente en una miseria de ganancia que, aplicándole los impuestos, puede quedarse en 'pérdida' ¡Buena jugada!
Lo mismito que en la pelota, no ganas nada o pierdes bastante.
Conclusión: A ambos juegos hay que ir para disfrutar de lo que ves aunque te cueste un dinerillo de tu patrimonio exiguo. Emoción tienen los dos por el incierto resultado final.
En el juego de la Bolsa, las apuestas se hacen mediante órdenes de compra/venta.
En la pelota mediante una indicación al 'corredor'. Es difícil saber y tener claro averiguar a favor o en contra de quién juegas. Cantan 40/60, 70/30, etc... Total que para cuando lo entiendes y deseas apostar/arriesgar algún euro, ya van por 12-21.. y entonces lo tienes que dejar para otra ocasión. Complicado.
En el difícil juego de la Bolsa, cuando ves que el valor de una acción está muy alto, decides 'vender ' y ¿qué pasa entonces?; que siempre llegas tarde.
Me explico: Das la orden por la noche a través de Internet, al día siguiente, el funcionario que debe tramitarla entra en la oficina, se desprende de las prendas molestas, comenta con sus compañeros lo mal o bien que ha dormido esa noche y para cuando se sienta frente al ordenador para dar curso a nuestras peticiones... la sesión ya lleva tiempo funcionando y claro, la probabilidad mayoritaria es que un valor tan codiciado como el tuyo, haya bajado y entonces, ¿qué pasa?. El beneficio esperado se transforma automáticamente en una miseria de ganancia que, aplicándole los impuestos, puede quedarse en 'pérdida' ¡Buena jugada!
Lo mismito que en la pelota, no ganas nada o pierdes bastante.
Conclusión: A ambos juegos hay que ir para disfrutar de lo que ves aunque te cueste un dinerillo de tu patrimonio exiguo. Emoción tienen los dos por el incierto resultado final.
Hasta otro rato.
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