
Nos leemos otro día o año................................Adióóósss...
Con todo el respeto debido, no pude por menos de pensar en la que se iba a armar si el diácono seguía a pie juntillas las 'órdenes' del coordinador.
Hasta otro rato.
Nos leemos otro día...................................Adiós.
P.D.- Para manejarte a ti mismo usa la cabeza. Para manejar a los demás usa el corazón.
de donde sale que e=28
Nos leemos otro día........................AAdióóósss...
Anilina
Amigo, no gima
Ana lava lana
A Mercedes, ese de crema
Aro de Dora
Amor a Roma
Amad a la dama
Se leen lo mismo al derecho que al revés. Ya los hacíamos de pequeños en el 'cole'.
¡Qué listos éramos!
Nos leemos otro día...........................................Adiós.
… que muchas veces, cuando uno está haciendo labores del hogar, propias de nuestro estado y no de nuestro sexo, como por ejemplo poner la mesa para comer, al sacar los vasos uno dentro de otro no hay manera de hacerlo para colocarlos en su sitio?
Pues bien, he descubierto que el mejor modo de conseguir separarlos es… dejarlos caer en posición horizontal sobre el mantel desde una altura razonable (pequeñita) y veréis cómo se desprenden ellos solitos. ¡No falla! Esto lo
descubrí tras muchas mesas puestas con pocos y con muchos comensales. ¡Qué tontería! ¿Verdad?,
prueba a hacerlo de otro modo y comprobarás lo difícil que resulta a veces.
Ver fotografías 'up supra', que se dice.
Hacia el día 23 de junio ppdo. publiqué un comentario de las cartas que escribían las ‘chachas’ y los ‘militares sin graduación’, alias “soldadito español” cuando venían del pueblo a servir a
Pues bien, en una de ellas se leía algo parecido a los apartados que pongo a continuación. Era la de una madre que le escribía a su querido hijo único cuando se encontraba haciendo la 'mili'. Léelos con tranquilidad y no te rías mucho porque entonces no había casi radio ni tele y el ‘personal’ de los pueblos tenían bastante con saber leer, escribir y algo de cuentas.
Decían así:
- Te cuento que el otro día hubo una explosión por el gas de la cocina y tu padre y yo salimos disparados por el aire cayendo fuera de la casa. ¡Qué emoción! Era la primera vez que tu padre y yo salíamos juntos en muchos años.
- Hablando de tu padre, ¡Qué orgullo! Te cuento que tiene nuevo trabajo con cerca de 500 personas debajo de él. Lo han cogido de cortacésped en el cementerio.
- A quien nunca hemos visto más por acá es al tío Venancio, el que murió el año pasado.
¿Véis como no es para reirse? Yo me he echado unas buenas carcajadas al escribirlo y pido perdón a todos los que haya podido ofender. ¡Mea culpa!
Cosas de Olite (Navarra)
Los que tengáis más o menos mi edad tenéis que recordar la ‘cafetería/tasca’ de Olite donde a su propietario, amigo de todo el pueblo, le gustaba mucho echar unas partidas de cartas con sus clientes habituales.
Un día, estando en plena partida, llegó un vecino del pueblo a tomarse un vasico de ‘rosado’, el mejor vino que se hace en las bodegas de esta villa y que se ha llevado varios premios europeos.
El vecino pidió que le sirviera el vino y el camarero/dueño, como estaba ocupado y no le apetecía dejar las cartas, le dijo:
- Ahí tienes la botella, échate una ‘morrada’... y deja 50 céntimos.
Hay que aclarar que morrada, en la parte media de Navarra, no es sólo el tropezón. el topetazo, etc… sino el trago que se toma 'a morro' de una botella de vino u otro líquido.
Debo decir también que ésta era una costumbre muy sabida por todos en esa ‘bodeguilla’.
P.D.- La unidad del huevo es el par.......... Cuando a uno le dicen: ¿Cómo quieres el huevo, frito o en tortilla? Siempre se responde: FRITOOOSSS...
Dibujo realizado por 'El baturro 2'.
En la sala dormitorio colectivo de
Todos, una vez pasada la lista, corríamos a realizar nuestro aseo personal, para el cual teníamos poco tiempo. Los más veteranos pedían paso y a toda velocidad se metían otra vez en la cama, como si no quisieran que
se escapara el calor que habían conseguido acumular durante toda la noche. Poco a poco, los ‘novicios’ les fuimos copiando, pudiendo comprobar que esta siestecilla mañanera era reconfortante. En ocasiones, alguien trataba de estropeártela, como por ejemplo:
Un día, cuando estábamos casi todos dormitando la mencionada siestecilla, entró el inspector sin avisar y naturalmente todos los que estábamos ‘durmiendo’ nos incorporamos rápidamente y fuimos saliendo hacia la sala de estudio, pero… uno de nuestros compañeros estaba tan dormidito, el pobre, que no se apercibió de
la presencia intempestiva del vigilante.
Cuando, por fin, se dió cuenta de lo que se avecinaba, entonces no le quedó más remedio que deslizarse y meterse debajo de la cama.
El supervisor lo vió y se fue hacia él preguntándole:
-Sr. ‘Fulano’, ¿qué hace usted debajo de la cama?
-Estoy arreglando el somier, señor, dijo con voz trémula.
Ante tan inesperada respuesta, el ‘controlador’ se fue hablando solo.
Nos leemos otro día...........................Adiós...
Alternaban los capitanes del Regimiento en un servicio que se llamaba, en el argot militar, “entrar de cocina”. La duración de este servicio era de 1 mes y su cometido consistía en preocuparse, junto con un suboficial, de alimentar a los soldados en las comidas reglamentarias; desayuno, 1ª comida y 2ª comida (alias cena).
Un día, sin previo aviso, el Sr. Coronel pasó revista a las dependencias donde se guisaban las viandas a
comer y donde se demostraba el ‘arte culinario’ de los encargados. Al llegar a la clásica habitación que
alberga los útiles de limpieza, la encontró totalmente desordenada y, bajo ningún concepto ‘en estado de revista’. Viéndola con esa presentación, se dirigió al Capitán de cocina y le preguntó por qué estaba tan poco presentable. El oficial, que adoptaba la posición de ‘firmes’, como se debe hacer cuando te habla un superior, no contestaba y nuevamente fue preguntado por el Coronel. Como continuara el responsable sin articular palabra, el Jefe le dijo/ordenó:
-Póngase la mano en el corazón y dígame: ¿A Vd. le parece bien cómo está este local?
El varias veces mencionado oficial seguía guardando silencio e inmóvil.
Por segunda el vez el Coronel le volvió a decir/ordenar:
-Póngase la mano en el corazón y dígame: ¿A Vd. le parece bien cómo está este local?
Al no saber qué contestar el interrogado, el Primer Jefe lo amonestó y le prometió que volvería otro día para comprobar si se habían limpiado y ordenado todas las salas de la cocina regimental.
Una vez pasado ya el mal rato y cuando el Capitán volvió a
-Menos mal que permanecí estático y no me puse la mano en el corazón, que si no, me arresta por ‘moverme’.
¿Os gustó? Son recuerdos un poco lejanos, sólo 50 años.