...........Ahí va:
.....Una importante casa de vinos andaluces dijo al viajante Portento que lo mandaba a Aragón a 'hacer' algunas plazas, donde la casa no tenía clientes. Portento sintió una íntima satisfacción porque hay entre aragoneses y andaluces cierta natural simpatía y, además, porque Portento no conocía Aragón, y sentía deseos de visitarlo y conocer a
.....Por otra parte estaba el baturro Mamés
.....Después de una larga espera llegó, por fin, el esperado tren y Mamés fijó sus ojos en aquel 'monstruo de vapor' con vaga fijeza, que quiere decir, 'mirar sin mirar'.
Así estaba Mamés, cuando por la ventanilla de un vagón que había parado frente a él, asomó la cabeza un hombre, que dijo:
- ¡Oye... tú! ¡Espera un momento!...
Mamés giró la cabeza a uno y otro lado, para ve si había cerca alguna persona a quien pudiera dirigirse el desconocido viajero, y vió que estaba sólo en aquel sitio.
-¡Cualquier amigo antiguo... ensiñoritau!- pensó-. ¡Cuando me tutea!...
Y el viajero, que no era otro que Manolo Portento, dirigióse de nuevo, sonriente a Mamés y señalando una voluminosa caja que estaba dentro del vagón, le dijo:
-¡Mira! ¡Coge esa caja y te vienes conmigo a llevarla a la fonda!... ¡Te daré un duro! ¡Simpático!...
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