01 noviembre 2010

¡¡¡PA QUE TE CHINCHES!!!

Dibujo y color del autor

Hace ya unos cuantos días que no publicaba nada y el otro día, un buen amigo me contó un hecho que, por sorprendente, quiero narrarlo a ver qué os parece.

< A un ciudadano de esta ciudad de Pamplona, tan querida para 'El baturro', le pusieron una multa municipal, no sé si por aparcar mal, por rebasar la velocidad establecida o qué otro motivo. El caso es que el sudodicho habitante se enfadó mucho, mucho, mucho, hasta tal punto que, a la hora de ir a cancelar/abonar la sanción lo hizo con monedas de céntimo y dos céntimos de euro. Os figuráis lo que es pagar una sanción de 30 euritos con estas moneditas, pues 3.000 unidades de 1 céntimo. Pienso yo en la paciencia y mala le.... que tendría para hacer semejante colección.
Bueno, el caso es que nuestro protagonista se presentó cargado con esa mercancía en la Oficina Recaudatoria y le tocó a una amable señorita hacerse cargo del importe de la denuncia. ¿Creéis que la démina se alteró al ver la fechoría que intentaba hacer el 'pagano'? Pues no, como su obligación en el puesto que ocupaba era recaudar en efectivo, con la sonrisa a flor de labios se dispuso a contar el dinero recibido y con toda calma fué contando y arrastrando a una caja, colocada sobre sus piernas, las moneditas que había volcado el pagador encima del mostrador.
Pasó una hora..., pasó casi la segunda hora..., y cuando ya se había terminado el 'metal' le dijo al ciudadano:

"Faltan dos euros y sesenta céntimos, señor"

Ante la cara de sorpresa y después de discutir sobre si estaba bien el importe, al no llegar a un acuerdo, la funcionaria municipal echó sobre el mostrador todo lo contado y empezó el recuento de nuevo. Me imagino que el caballerete habría perdido la cara de sorna para tranformarla en cara de 'cabreo'.

Transcurrido otro largo tiempo se dió por terminada la cuenta con resultado satisfactorio, es decir, las monedas sumaban exactamente lo reflejado en el papelito de la sanción. Extendido el correspondiente recibo y cancelada la multa, el individuo abandonó el recinto.>
Supongo que otra vez que le toque abonar una denuncia se lo pensará mejor.

¿Quién creeís vosotros, amados lectores, que le gastó la broma; el ciudadano o la funcionaria?
Nos leemos otro día..............................¡¡¡Hasta pronto!!!

P.D.-Los maños no son tozudos, son las paredes las que no se apartan.

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