Composición del autor
Al salir de misa y caminar hacia nuestro refugio de la lluvia y 'abrevadero' del aperitivo, mi amigo Félix -olitense sampedrero- me contó esta pequeña anécdota que me hizo gracia.
"Vivía un matrimonio ya ancianito (¿80?, ¿90?, no sé ahora los ancianos ya no somos como antes que em cuanto pasaban de los 60 se libraba el hijo mayor de la mili, por tener un padre sesentón). Eran felices con su casita y sus dos cerditos que cuidaban todos los años en la cochiquera del corral. Un día, triste día, el marido se puso malucho y se puso triste, así que llamaron al galeno de Olite y este se presentó en su domicilio rápidamente. La esposa le explicó al médico la pérdida de ánimo de su cónyuge y, el doctor auscultó enseguida al hombre, le hizo sacar la lengua, respirar profundo y, después de este rutinario chequeo sentenció:
-Lo que le pasa a su 'hombre' es que está anémico.
-¿Anémico? pero si come bien, mire los 'perniles' y 'chorizos' que cuelgan del techo. ¿Le parece poco alimento?
El doctor tomó la palabra nuevamente y habló parsimoniosamente: -Esos perniles y chorizos no tienen que estar ahí, tienen que estar aquíiiiii! y se golpeaba con la palma de la mano el flamante estómago del que presumía".
"Vivía un matrimonio ya ancianito (¿80?, ¿90?, no sé ahora los ancianos ya no somos como antes que em cuanto pasaban de los 60 se libraba el hijo mayor de la mili, por tener un padre sesentón). Eran felices con su casita y sus dos cerditos que cuidaban todos los años en la cochiquera del corral. Un día, triste día, el marido se puso malucho y se puso triste, así que llamaron al galeno de Olite y este se presentó en su domicilio rápidamente. La esposa le explicó al médico la pérdida de ánimo de su cónyuge y, el doctor auscultó enseguida al hombre, le hizo sacar la lengua, respirar profundo y, después de este rutinario chequeo sentenció:
-Lo que le pasa a su 'hombre' es que está anémico.
-¿Anémico? pero si come bien, mire los 'perniles' y 'chorizos' que cuelgan del techo. ¿Le parece poco alimento?
El doctor tomó la palabra nuevamente y habló parsimoniosamente: -Esos perniles y chorizos no tienen que estar ahí, tienen que estar aquíiiiii! y se golpeaba con la palma de la mano el flamante estómago del que presumía".
¿Tenía razón? Yo creo que sí.
Aclaración: Los habitantes del pueblo conocían al marido por sus dichos graciosos, en cierta ocasión cantaba:
"Me gusta el vino de la bota,
y también el del porrón,
pero lo prefiero en botella
cuando hace cloc cloc cloc...
Buenos días.
2 comentarios:
Fué un buen consejo médico, porque como suele decirse ” lo que no engorda es lo que está en el Frigo"
No es mala la receta del médico empleando los fármacos que tiene el matrimonio tan a mano. Regulándose es muy sana. Colgando lo que puede pasar es que un día les caigan en el coco, y eso tiene peor cura. Un saludo
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