En un pueblo no muy lejano de Zaragoza donde había mucho ganado y pocos vehículos autopropulsados, hablo de los años 1950 del siglo pasadoa, pasaba cerca la carretera comarcal cuya numeración no consigo recordar. Aunque pasaban pocos automóviles por la citada vía pública, los agricultores tenían que atravasarla para llegar a los campos de labranza y claro, lo hacían montados en vehículos autopropulsados por el semoviente de turno. Dado el peligro que entrañaba el cruce y en vista de que se habían producido varios accidentes, Obras Públicas puso la correspondiente señal de tráfico con su STOP bien reluciente. ¿Qué pasó? Seguían los sustos con los automóviles circulantes al no respetar esta señal obligatoria de detención, mirada a derecha e izquierda y cruce cuando estuviera libre para hacerlo.
El alcalde del pueblo en cuestión, ducho en Letras y en Pscicología, sin pensar en otra cosa que la seguridad de sus ciudadanos complementó la antigua señal con otra legible hasta para los mulos, burros o bueyes, que también los había.
Puso un SO... bien hermoso y esperó a ver resultados. La cosa se resolvió con muchos menos accidentes de 'tráfico'.
¡¡¡SOLUCIÓN PERFECTA!!!
1 comentario:
Lo pensó bien, sólo con pintar encima de las letras T y P, le quedó la señal perfecta. ¡Original!
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