Durante la ‘guardia de puertas’, como se le llama en el argot médico a las guardias que se hacen en la puerta de urgencias, llegó un hombre con una hermosa herida en el pie. El facultativ@ de turno atendió rápidamente al paciente y, después de limpiarle, desinfectarle y curarle la ‘brecha’, observó que estaba el pie algo inflamado.
Deseando compararlo con la otra extremidad del miembro inferior, le dijo:
“Por favor, enséñeme el otro”
El individuo, ni corto ni perezoso, respondió con prontitud:
“Es que éste... no lo tengo preparado, ¿sabe?”
Imagínense Vds. lo que tuvo que pasar el galen@ para no soltar la carcajada.
Anécdotas como esta hay infinidad en los hospitales, otro día les contaré alguna más.
P.D.- A partir de la próxima publicación he pensado –raro en mí- tomarme la libertad de tratarles de TÚ. ¿Qué os parece? ¿Bien? ¿Mal? ¿Regular? VALE//
Nos leemos otro día. Adióóóóósss…
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