Un día cualquiera fuimos al bar de costumbre y pedimos nuestros cafés. El camarero nos lo sirvió y preguntó muy amable, como siempre:
- ¿Cuántas cucharadas de azúcar les pongo?
- A mí los buenos cafés me gustan con poca azúcar -contestó mi amigo-.
- A mí los buenos cafés me gustan con poca azúcar -contestó mi amigo-.
Lo probó y dijo:
- ¡¡¡Cinco cucharadas, por favor!!!
Hay que aclarar que en aquélla época, ¿1958? ¿1960?, no lo recuerdo bien; no se conocían los cafés de importación.
Nos leemos otro día...........................Adiós.
P.D.- ¿Quién es el raro animal que al muerto llama difunto; a su mujer, su señora; a la almohada, cabezal; a la gente, personal y a un amigo, una amistad?. No sé quién la dijo, pero ahí está.
P.D.- ¿Quién es el raro animal que al muerto llama difunto; a su mujer, su señora; a la almohada, cabezal; a la gente, personal y a un amigo, una amistad?. No sé quién la dijo, pero ahí está.
2 comentarios:
A la PostData: Posiblemente se refiera a un miembro de la Real Academia de la Lengua. Pero también los llamaba así tu tío Estanis . . . . .
Podría ser mi vecino que con sus muchos años sigue alegre y socarrón.
Una muestra, un hormiguero en la escalera y su señora le hecha sal, que pensaba las contendría; y dice el vecino:
Ya que les pones sal, sácales una cigalita para acompañar.
Saludos.
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