Dibujo gentileza de El Baturro 2. Color El Baturro 1
Ya recordaréis aquella anécdota inglesa donde se criticaba al flema inglesa. Decía algo así como que
estando un rico industrial disfrutando del 'week end', o sea, un fin de semana lejos de Londres, le llamaron por teléfono para comunicarle que se estaba incendiando la fábrica de su propiedad. Él, en lugar de salir corriendo, comentó:
"Vaya disgusto me voy a llevar el lunes"
y siguió tomando el aperitivo.
Hoy me he enterado de otro sucedido en el mismo Londres y os lo cuento a continuación:
En una noche de espesa niebla, una joven que pasea nerviosa por un puente del río Támesis aborda a un señor.
Hoy me he enterado de otro sucedido en el mismo Londres y os lo cuento a continuación:
En una noche de espesa niebla, una joven que pasea nerviosa por un puente del río Támesis aborda a un señor.
-Perdone, señor, pero necesito hablar con alguien.
-Diga, señorita. Estoy a su disposición.
-Después de un altercado he roto con mi novio, y le he mandado una carta diciéndole que si no venía a recogerme aquí esta noche daría fin a mi vida tirándome al río.
El transeúnte trata de calmarla.
-¡Por Dios, señorita, no debe usted hacer eso! Todavía es joven y además muy hermosa...
-No trate de disuadirme; se lo he escrito y lo cumpliré. Le cité para el viernes a las nueve de la noche y no ha venido. ¡Lo dicho!
Y sin dar tiempo a que su interlocutor interviviese, la joven se arrojó por el puente. El caballero se asomó al vacío, sacudió la cabeza y reanudando su camino pensó:
-¡Qué juventud más impaciente la de hoy! ¡Pero si estamos a jueves.!
-Diga, señorita. Estoy a su disposición.
-Después de un altercado he roto con mi novio, y le he mandado una carta diciéndole que si no venía a recogerme aquí esta noche daría fin a mi vida tirándome al río.
El transeúnte trata de calmarla.
-¡Por Dios, señorita, no debe usted hacer eso! Todavía es joven y además muy hermosa...
-No trate de disuadirme; se lo he escrito y lo cumpliré. Le cité para el viernes a las nueve de la noche y no ha venido. ¡Lo dicho!
Y sin dar tiempo a que su interlocutor interviviese, la joven se arrojó por el puente. El caballero se asomó al vacío, sacudió la cabeza y reanudando su camino pensó:
-¡Qué juventud más impaciente la de hoy! ¡Pero si estamos a jueves.!
Nos leemos otro día.................................................¡Hasta pronto!
P.D.- No hay mejor reloj ni campana que comer cuando hay gana.
1 comentario:
Dicen que a las 5 en las oficinas en Londres se oyen unos "clics" peculiares de los lapices cayendo sobre las mesas. Llego la hora de irse a casa.
Publicar un comentario