El día transcurrió con toda normalidad, menos la anécdota que os contaré al final de mi perorata.
Mucha gente por la calle; yo diría que agobiante era el circular por el casco antiguo de Pamplona, pero a la hora de los toros el público en general estaba echándose la siesta y fuimos con toda holgura caminando hasta el precioso Coso Taurino al final de la Avenida Roncesvalles..
Tarde expectante por ver a “LOS MIURAS”. ¡¡¡ Madre mía, qué cornamentas más anchas !!!
Iniciada la corrida todo parecía que iba a desarrollarse con interés, dada la categoría y publicidad de los matadores. Pero no ocurrió así. Los morlacos de Miura salieron ‘mansos’, mansos’ y ‘mansos’. ¿Serán híbridos de toro?. Antiguamente los auténticos Miura, en cuanto se les repetía un pase, ya aprendían y no había forma de insistir en el mismo, tenían que cambiar, de torear con la derecha a torear con la izquierda o al revés, para no tener un coladero del bicho y la cogida casi segura del torero.
En el resumen fotográfico observamos (1) los capotes de los maestros y cuadrillas a la espera de iniciarse la fiesta. Todo en perfecto orden, como está mandado en esta profesión.
La foto número 2 nos muestra el recibimiento de Padilla a su primero de la tarde; bonito y bueno
Buen par de baderillas del valeroso Padilla al primero de la tarde (3).
Al final pongo esta fotografía (4) oportuna en la que se a Padilla saliendo como puede después del tercer par.
No dió para más la tarde, los miuras se fueron apagando a lo largo de la tarde y los toreros y público también, por eso pongo marco gris, como el día, en la fotografías.
Paso al punto anecdótico de la mañana como os he prometido al principio de la página de hoy.
Diseño de "El Baturro"
Circulaba El Baturro por las calles del casco antiguo o viejo de Pamplona en la mañana del día 9 y al llegar al final de la Avda. Carlos III con la Plaza del Castillo, observo a un caricaturista que me pareció genial, a juzgar por los trabajos allí expuestos.
Nada más ver y observar a El Baturro, me invitó a sentarme en el silloncito que había a la sombra donde posa el caricaturado. El Baturro, para no llevar la contraria, pensando en lo fesquito que se estaría a la sombra sin mover una pestaña, y sabiendo que no le iba a cobrar nada, accedió al requerimiento y ahí lo tienen; tan callado y paciente a pesar de los 'mirones' que se iban colocando alrededor nuestro. Yo calculo que llegarían a los 20 ó 25, que no está mal por ver la cara del Baturro. ¡Qué vería el pintor / retratista en mi rostro para observarme tan fijamente; ¿sería la boca? ¿serían las orejas? ¿serían los ojos de pillín y guasón? No lo sé, el caso es que, después de unos 6 ó 7 minutos, el resultado fué el que figura en la fotografía de arriba. Ni que decir tiene que el público, siempre tan generoso, aplaudió largamente. ¿A quién? ¿al trabajo realizado? ¿al 'caradura' que posó? Tampoco lo sé. Lo que sí es cierto es que me regaló la caricatura y nos despedimos tan amigos. Pienso visitarlo mañana o pasado para charlar con él. Me pareció un tipo con una larga y curiosa historia personal.
Vale por hoy, así que... ¡¡¡ Hasta otro rato, mi único lector !!!
1 comentario:
Yo creo que te vió cara de " VIEJO PROFESOR " y aprovechó la oportunidad porque quedan pocos. . . .
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