Fotografía del autor
En
mis paseos matinales por ‘La
Vuelta del Castillo’ en Pamplona, todas las mañanas observaba
a un matrimonio feliz, de edad avanzada, sentados en un banco con vistas hacia
el Monte San Cristóbal. Me admiraba y emocionaba la ternura y el cariño con que
el marido atendía a su mujer limpiándole la cara y otros servicios de ayuda, como
darle de beber un zumito, etc… por estar ella ya muy disminuida física y psiquicamente.
Desde
hace días el banco está vacío y pienso… ¿Se habrán ido de viaje de Pamplona al
más allá…?
Y
digo con el poeta: ¡¡¡ Qué solos se quedan los bancos…!!!
Con la sonrisa en la boca.......... ¡hasta otro rato!!!
P.S.- No basta un gran amor para retener a la persona que se ama, si al mismo tiempo no llenamos su existencia de un rico contenido.
5 comentarios:
Preciosa historia.
La vida es así de bonita y así de dura.
Quiero pensar que están disfrutando juntos en algún sitio ...
Un fuerte abrazo.
Pensemos que hay que disfrutar a tope mientras tengamos un banco que ocupar en la vida.
Muy bonito bisiesto.
Querido tio:
Te echamos mucho de menos.
Pon algúna notocia, aunque sea el tiempo que hace en Pamplona.
Besos.
Querido tio:
Te echamos mucho de menos.
Pon alguna noticia, aunque sea el tiempo que hace en Pamplona.
Besos.
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