Fotografía del autor, sin flash. Uso privado.
Os propongo una
experiencia nueva.
Ir una tarde a la
catedral de vuestra ciudad y esperar a que el sacristán vaya a cerrar después
de una celebración, o bien porque ya es la hora del cierre. Para los curiosos
os cuento que esta función de abrir y cerrar el templo lo hacía antiguamente el canónigo ‘’dormitalero’’.
En Pamplona existe una
calle muy próxima a la catedral que se llama Dormitalería,
porque en ella tenía obligación de vivir el
‘’dormitalero’’.
Pero vayamos al grano
de la experiencia. Cuando el sacristán vaya apagando las luces, vosotros os
acercáis hasta la puerta de la sacritía que está donde empieza la girola, es
decir, a un lado del presbiterio. El ‘apagador de luces’ os invitará a que
salgáis por la puerta principal del templo, y es entonces donde empieza la
‘cosa’. Como el templo está casi a oscuras, vais caminando por el centro de la
nave lateral hacia la salida.
¿Qué ocurre?
Notaréis una sensación
de soledad, de recogimiento, de vivir 800 años atrás, un poco de temor al oír
los pasos solitarios de vuestra persona y se encoge un poco el ánimo
mientras recorréis la nave. Es genial notar
esas sensaciones.
¿Vivo en el siglo XIII?
Así lo parece.
Cuando estéis al aire
libre despertareis en este siglo de tanto jaleo, de ir sorteando personas por la
calle, de falta de intimidad, etc…
Buenas noches y…………………….¡Hasta otro ratico!
P.S..- Perdonar el lenguaje un poco técnico, pero es difícil relatarlo con
otras palabras.
2 comentarios:
No me extraña que sientas la "soledad" y es que escribes a unas horicas..........
Interesante el comentario sobre la soledad del paseo "catedralicio".
Por aportar algún dato más, la calle Dormitalería recibió el nombre en el año 1802.
Poca cosa.
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